La coexistencia de la pluralidad y diversidad se da hoy también en la institución educativa, haciendo cambiar a la homogeneidad reinante por la diversidad multicultural y multiétnica, lo que obliga a sus integrantes a aprender a convivir con dicha pluralidad o bien a vivir en conflicto permanente. Esto tiene como consecuencias que la institución educativa ha debido replantear sus funciones, su sistema de organización y de aprendizaje-enseñanza.
Las fronteras entre la violencia escolar y la violencia social están cada vez menos definidas. La irrupción de la violencia en la institución educativa ha hecho que ésta deje de ser un espacio protegido. Los datos denunciando de actos violentos en las instituciones educativas se incrementan cada día, lo cual implica que exista una preocupación constante en los centros educativos por encontrar una solución ante tan compleja situación.
Ante tal complicado panorama, se generan en la institución educativa dificultades inéditas que conducen a una situación de crisis, y ante esto pueden surgir dos posiciones de análisis y respuestas sobre la violencia que en palabras de José Merino (1996) son las siguientes: Política de la Avestruz (posición pesimista que plantea que la violencia se ha convertido en una forma habitual de convivencia ante la cual no se puede hacer nada, refugiándose en el paradigma autoritario de la institución educativa como mecanismo de defensa) y la Posición Racional y Profesional (de carácter optimista en que la violencia escolar se concibe como un hecho, pero no la normaliza como forma de convivencia, y por esto plantea que es necesario enfrentarla con educación).
Por todo esto es posible distinguir dos corrientes o direcciones al explicar la violencia que sucede en la institución educativa: Violencia En la institución educativa y Violencia Escolar. En otras palabras en la institución educativa no sólo se realizan conductas violentas, sino que la propia escuela se acaba transformando en un territorio de producción de diversas conductas violentas.
Considerando los antecedentes mencionados anteriormente es que, consideramos relevante intervenir esta problemática a nivel de las Instituciones Educativas, pues creemos que los centros escolares son lugares de convivencia, y no debieran constituirse en lugares y escenarios de violencia.
Según el modelo de escuela y el modelo de relación docente que exista como trasfondo de la institución, se producirán sistemas de relaciones que faciliten los hechos violentos, o bien el diálogo y participación responsable, enmarcado en un clima social grato.
Finalmente cabe mencionar que son múltiples los elementos que enmarca el concepto “Escuela” y que muchos de ellos van más allá de lo tangible, por lo tanto el rango de actuación es tan amplio, traduciéndose esto, en una invitación a la Institución Escolar a asumir un rol protagónico en el tema de la Violencia, su prevención, atención y reparación.
0 comentarios:
Publicar un comentario